¿Qué ha pasado en las residencias de mayores?

Las residencias de personas mayores han sido uno de los espacios donde el virus ha hecho estragos, pero no les podemos dar los datos exactos porque no hay ninguna institución que haya recogido los fallecimientos de manera estadística. 

El Gobierno español prometió un informe pero no llega y lo que hay son cálculos de medios que sitúan en más de 18.000 estos fallecimientos en el Estado, en alrededor de 5.000 residencias públicas, concertadas y privadas. 

En la Comunidad Autónoma vasca habrían fallecido alrededor de 580 y en Navarra en torno a 400. En la CAV, la Diputación de Gipuzkoa y la de Araba han facilitado los datos de fallecidos y contagios de manera diaria. La de Bizkaia, sin embargo, ha preferido hacerlo mensualmente. Esta decisión ha generado enfado. 

El virus ha afectado más a las residencias porque en ellas vive población de salud más frágil y de mayor edad y por la imposibilidad de hacer test a todos los residentes al principio de la pandemia. 

Hay quien atribuye esta situación a las características de estos centros, a los ecos de la crisis de 2008, a la privatización y la búsqueda de beneficios que se ha traducido en hacer con menos, menos atención para cada anciano. 

A juicio de la Comisaria de Derechos Humanos del Consejo Europeo, en esta crisis, en Europa, los centros para mayores en la mayoría de los países no estaban preparados, el personal no estaba protegido y ha habido pacientes infectados, simplemente abandonados y menciona en esto, al Estado Español. 

En casa, las trabajadoras de las residencias de Gipuzkoa que han vuelto a la movilización, acumulan ya más de 200 días antes de suspenderla por la covid. Las reivindicaciones siguen siendo las anteriores a esta crisis. Este es un servicio esencial, realizado en su mayoría por mujeres mal pagadas. Piensan que esta pandemia, les ha dado la razón. 

Es el tema de este "Ganbara de Cerca" de Radio Euskadi. Para ello contamos con Amaia Álvarez Ceballos, que tiene a su ama en una residencia; Ainhoa Pérez Liedo, trabajadora de residencia Aspaldiko Portugalete; Zoa Saenz, trabajadora de Residencia Loramendi de Erandio; y Pilar Sorando, presidenta de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología “Zahartzaroa”.