Arantxa Echevarría: "Las chinas de segunda generación son hijas de bazar, sí, pero muy preparadas"

En 2018, Arantxa Echevarría, (Bilbao, 1968) se convirtió en la primera directora de cine español seleccionada en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes por su ópera prima Carmen y Lola, largometraje con el que obtuvo el Premio a la Mejor Dirección Novel en la edición 33ª de los Goya. Chinas es el título de su último proyecto cinematográfico; una historia sobre la búsqueda de identidad protagonizada por mujeres chinas de segunda generación.

Chinas une los universos de Lucía, segunda generación de inmigrantes, y Xiang, una niña adoptada. Mientras Lucía solo piensa en integrarse con el resto de sus compañeras del colegio y desearía tener unos padres "normales", Xiang se pregunta por su familia biológica; ni se siente china ni se siente aceptada por los demás niños en el colegio.

Aunque la idea le llevaba rondando a Echeverría unos cuantos años, la también guionista y productora confiesa que "creía que era una película muy difícil y que tenía que madurar como persona para poder contarla". El germen de esta historia tiene nombre propio: Lucía. Era la hija de los dueños del bazar chino donde Arantxa Echevarría, en sus tiempos como técnico de cine, se surtía de alimentos y bebidas a última hora de la jornada. "Lucía siempre estaba ahí; hacía los deberes, se quedaba dormida al lado de su madre en el mostrador..." y se interesaba por su trabajo. Una carta a los Reyes Magos marcó un antes y un después en esa relación "tierna y especial" forjada durante varios años y propició que la cineasta bilbaína iniciase una investigación sobre la segunda generación de chinos en España. "Empecé a conocer a una comunidad interesantísima, con un acervo cultural enorme", asevera.

En el reparto, a Leonor Watling, Pablo Molinero o Carolina Yuste se une "gente de la calle": actrices y actores no profesionales seleccionados a través de un largo proceso de casting en Usera, "el Chinatown madrileño". "Busqué gente que fuera exactamente lo que estaban representando" para "que cuenten su propia historia".

Tras siete semanas "súper intensas" de rodaje, Chinas entra en fase de montaje "y estoy muerta de miedo", reconoce Arantxa Echevarría.