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La Ruta Canaria cumple 30 años: casi 230 000 personas han llegado a Europa a través del Atlántico
Agencias | EITB Media
Dos jóvenes saharauis arribaron Fuerteventura en una barca el 28 de agosto de 1994, e inauguraron, sin saberlo, una de principales vías marítimas de acceso irregular a Europa. La Ruta Canaria no es la vía que más migrantes trae, pero sí es una de las más letales.
Una de las principales vías marítimas de llegada irregular a Europa, la denominada Ruta Canaria, cumple este miércoles 30 años de cruel historia en la que cientos de miles de personas abandonan su hogar en busca de una vida mejor. En cifras, no es el trayecto con más migrantes, aunque sí uno de los más peligrosos, ya que cuenta con tasas de mortalidad elevadísimas.
Aquel 28 de agosto de 1994, dos jóvenes saharauis llegaron a Fuerteventura, la isla más cercana al continente africano (a apenas 100 kilómetros), en una barca de pesca guiándose por la luz del faro de La Entallada.
Tres décadas después, casi 230 000 personas han llegado a Canarias en pateras o cayucos, la mitad, en los últimos cinco años. La cifra de llegadas ha registrado varios altibajos. El récord se alcanzó el año pasado, en 2023, con casi 40 000 personas arribadas, según datos del Ministerio del Interior. Le siguió, de cerca, 2006, con más de 31 000. A fecha de 23 de agosto, este 2024 ha alcanzado las 23 367 llegadas.
Miles de vidas perdidas
Un número indeterminado de personas —no hay registros oficiales ni recuentos disponibles que abarquen todo el periodo, pero son varios miles, en cualquier caso— se han dejado la vida en el intento. Por eso, desde hace tiempo, Naciones Unidas se refiere a esta la ruta migratoria como una de las "más mortíferas del mundo".
La Organización de Naciones Unidas para las Migraciones (OIM) estima que, como mínimo, 4755 personas han muerto en el Atlántico desde 2014. Por su parte, la oenegé Caminando Fronteras tiene documentadas 18 680 muertes desde enero de 2018.
Este verano también se han cumplido 25 años del primer naufragio en Canarias. Ocurrió el 26 de julio de 1999 en la playa de La Señora, en Morro Jable (Fuerteventura), cuando una patera se hundió a 300 metros de la costa. Perdieron la vida nueve jóvenes de Guelmin (Marruecos), que habían pagado 4000 dirhams cada uno (70 000 pesetas de la época, 420 euros al cambio) por subirse a una barca de seis metros que supuestamente les iba a abrir las puertas del sueño europeo.
Lamentablemente, desde entonces, han sido muchos los naufragios registrados. Algunos no han trascendido a la opinión pública, y otros como la tragedia de Los Cocoteros de 2009, sacudieron las conciencias de occidente. Aquel fatal 15 de febrero una patera se hundió a escasos metros de la costa de Guatiza (Lanzarote). Se ahogaron 25 de sus 31 ocupantes.
"Crisis de los cayucos"
Ya con el cambio de milenio, en 2005, comenzó a normalizarse la palabra "cayuco", desconocida hasta entonces, para denominar las barcas de pesca alargadas de Mauritania o Senegal, capaces de transportar 100 o 200 personas a distancias de hasta 1300 kilómetros. La Ruta cambió: de las 4715 llegadas de 2005 se pasó a las 31 678 de 2006, empezaba la que se llamaría "crisis de los cayucos".
Un cayuco llegando a Tenerife. Imagen: Salvamento Marítimo
La UE optó entonces por invertir millones de euros en convencer a Marruecos, Mauritania y Senegal para que contuvieran los flujos en las mismas costas de partida. A partir de 2010, la Ruta Canaria volvió a cifras de mínimos. Llegaban 200, 300, 400 personas al año, a lo sumo 1300 en un mismo ejercicio. Ese paréntesis duró casi una década, hasta 2018, coincidiendo con los años de la recesión y los recortes.
La Ruta volvió a "calentarse" en 2019. Los flujos de migrantes del Estrecho de Gibraltar se giraron de nuevo hacia Canarias y en 2020, con el país confinando por la pandemia de covid, miles de personas se lanzaron cada mes desde África a Canarias en pateras y cayucos. Aquella llegada masiva cogió al Estado español desprevenida y con la red de acogida de Canarias casi desmantelada. En octubre y noviembre de ese año, llegaron las imágenes del "muelle de la vergüenza": más de 2500 personas durmiendo durante días hacinadas y a la intemperie sobre el cemento del muelle de Arguineguín (Gran Canaria).
En 2022, la Ruta "volvió hacia sus orígenes", a los trayectos más cortos, los de Lanzarote y Fuerteventura, que esta vez se cubrían en barcas todavía más endebles y peligrosas en océano abierto, como son las lanchas neumáticas. Los cayucos volvieron en 2023, con varias llegadas al día, y así se batieron todos los récords.
Menores no acompañados
La Ruta llega a sus 30 años con casi 6000 menores tutelados por el Gobierno de Canarias en una red completamente desbordada. La gestión migratoria vuelve a ser centro del debate político, porque Canarias sigue demandando que el resto de comunidades comparta el esfuerzo y reparta los menores por solidaridad.