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La Diputación de Bizkaia cierra una residencia en Bilbao y abre un expediente sancionador a otra de Ortuella
Agencias | EITB Media
En el centro residencial Handia de Bilbao, se habían detectado incumplimientos en relación a la temperatura del local. En el caso de la residencia Otxartaga de Ortuella, la Diputación constató que una noche "no hubo nadie" atendiendo a las personas residentes.
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Una residencia de ancianos. Foto de archivo: EFE
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La Diputación Foral de Bizkaia ha cerrado cautelarmente el centro residencial Handia de Bilbao y se ha abierto un expediente sancionador a la residencia Otxartaga de Ortuella por diferentes incumplimientos, según ha dado a conocer el diputado de Acción Social, Sergio Murillo, que ha presentado este lunes en las Juntas Generales de Bizkaia un avance del Plan de Inspección y Control de los centros sociales del territorio realizado el pasado año.
En su comparecencia, Murillo ha confirmado que el año pasado se produjo, sin considerar el efecto de la pandemia, un aumento del 10% en el número de inspecciones realizadas en los centros de mayores, que confirman un incremento continuado desde que se inició la legislatura, que ha cifrado en el 23%.
La residencia Handia, que contaba con 15 plazas autorizadas y cuatro residentes en el momento de realizar la inspección, se ha cerrado temporalmente por hasta cinco incumplimientos detectados en relación a la temperatura del local, que "no era la adecuada", situándose "por debajo de los 21 grados", ha precisado Murillo.
La Diputación ordenó el pasado 2 de marzo la suspensión cautelar de la actividad "al no reconducirse la situación" y los residentes fueron trasladados dos días después a otras residencias, ha dado a conocer.
El caso de la residencia ubicada en Ortuella, la Diputación incoó el pasado 28 de febrero un expediente sancionador por un incumplimiento "muy grave" acaecido la noche y madrugada del 1 de febrero. Murillo ha explicado que la propia residencia informó a la Diputación días después de esa jornada que el personal del turno de noche "no acudió a su puesto de trabajo". Como consecuencia de esto, la Diputación constató después que esa noche "no hubo nadie" atendiendo a las personas residentes.
Esta residencia se puede enfrentar, según Murillo, a una sanción económica de hasta 600 000 euros, una suspensión temporal de su actividad o a una suspensión de la financiación pública.