Testigo directo: de Pasaia a Bilbao, un retrato de la huelga

Siete de la mañana. El puerto de Pasaia muestra una imagen inusual: las grúas que habitualmente trabajan desde primera hora en la descarga de los grandes barcos están totalmente paradas. Ni rastro de los estibadores, ni de los muchos camiones que normalmente trabajan en el puerto industrial. Tampoco la lonja pesquera indica actividad alguna: las decenas de furgonetas que transportan el pescado fresco al comercio pequeño brillan por su ausencia. Un autobús de línea indica que los servicios mínimos se están cumpliendo. Más adelante, en el barrio de Trintxerpe, en los alrededores del puerto, dos coches de la Ertzaintza permanecen discretamente aparcados mientras los agentes toman un café en un bar cerano. Indicativo de que la tranquilidad es la nota principal a estas horas.

La variante de San Sebastián apenas tiene tráfico. No hay casi coches, y desde luego, tampoco camiones ni autobuses. Los accesos a los polígonos industriales de los alrededores de la capital donostiarra no presentan problemas aparentes.

Adentrándonos en la A-8, el tráfico se incrementa algo, aunque ni de lejos es el de un día normal. Las zonas industriales de Zumaia, Mendaro, Elgoibar y Eibar que se observan desde la autopista muestran una imagen de paro total: luces apagadas, puertas echadas y ni rastro de movimiento de camiones o trabajadores. Parece que en Gipuzkoa el paro sí es masivo.

Entre Durango y Galdakao, otro termómetro indicativo de la huelga: las obras del Tren de Alta Velocidad permanecen paradas, sin actividad alguna. Más adelante, en los alrededores de Basauri, los parques industriales ofrecen una fotografía de huelga general similar a la observada en el territorio vecino. Algunos de los puntos de venta de Mercabilbao sí presentan cierta actividad, aunque las furgonetas de reparto están paradas fuera de los muelles de descarga.

Cruzado el túnel de Malmasin, el tráfico de turismos es más intenso de lo que inicialmente podría preveerse. La fotografía en la variante que circunda la capital ni en la entrada de Sabino Arana es la de un día normal, pero tampoco la de un domingo. Ya en Bilbao, algunos niños vestidos de uniforme camino de la escuela, señala que algunos padres sí han optado por saltarse la convocatoria. Sin embargo, las habituales filas de críos habituales en las paradas de los autobuses escolares no se ven hoy.

El tranvía funciona, dentro de los servicios mínimos, así como el metro. El comercio, mayoritariamente, ha optado por echar el cierre. La presencia de la Ertzaintza es visible, aunque discreta. Las obras de San Mamés Barria , las nuevas entradas de Bilbao o de la nueva Facultad de Enfermería de la UPV están totalmente paradas, sin rastro de actividad. Los piquetes aparecen en algunos puntos de la capital, sin que se aprecie ninguna tensión aparente. El llamamiento de huelga ha calado en amplios sectores en este primaveral 29 de marzo.