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Sociedad

Tokio 2020

El abandono de Simone Biles abre una reflexión mundial sobre la importancia de la salud mental

EITB MEDIA

La gimnasta estadounidense, que estaba llamada a ser la gran estrella de los Juegos de Tokio 2020, ha abandonado su primera final tras reconocer abiertamente problemas de salud mental.

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La deportista reconoció no tener problemas físicos y achacó su retirada a la ansiedad que sufría

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La retirada de la gimnasta estadounidense Simone Biles en la final por equipos de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 ha situado en el epicentro de la conversación mundial la importancia de cuidar la salud mental.

Biles, considerada la mejor gimnasta de todos los tiempos, estaba llamada a convertirse en la gran figura de estos Juegos Olímpicos, en los que aspiraba a lograr 6 medallas de oro. A sus 24 años, la estadounidense está a solo cuatro podios de ser la gimnasta más condecorada de la historia.

"Después de la actuación que hice, no quería seguir. Tengo que centrarme en mi salud mental", ha declarado la gimnasta tras hacer solo el primer ejercicio, el de salto, y quedar por detrás del resto de sus compañeras de selección y de las integrantes del combinado ruso, que finalmente se ha hecho con el oro.

"Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos", ha enfatizado.

En un caso similar al de la tenista Naomi Osaka, que se retiró del pasado Roland Garros poniendo el foco también en la salud mental, Biles ha explicado sentir el peso del mundo sobre ella. "Ya no confío tanto en mí misma. Tal vez sea por hacerme mayor. Hubo un par de días en los que todo el mundo te tuiteaba y sentías el peso del mundo. No somos solo atletas. Somos personas al fin y al cabo y a veces hay que dar un paso atrás".

Este lunes, en la víspera de final por equipos, Biles escribió en sus redes sociales: "No fue un día fácil ni mi mejor día, pero lo superé. Realmente siento que tengo el peso del mundo sobre mis hombros a veces".

"Sé que me lo quito de encima y hago que parezca que la presión no me afecta, pero ¡maldita sea, a veces es difícil, jajaja! ¡Los Juegos Olímpicos no son una broma! Pero estoy feliz de que mi familia haya podido estar conmigo virtualmente ¡Ellos significan el mundo para mí!", agregó.

Durante esa jornada, en su estreno en los Juegos de Tokio, Biles no lució su habitual sonrisa. Se movió inquieta por el pabellón entre los ejercicios y, dentro de su nivel excepcional, no obtuvo las notas esperadas. De hecho, fue primera en salto pero segunda en suelo (aparato en el que no pierde ninguna competición desde 2013) y sexta en barra.

Leyenda deportiva… e icono social

Hace menos de un mes, en las pruebas de selección para formar el equipo estadounidense, Biles ganó en la primera jornada de competición pero perdió en la segunda ante su compañera Sunisa Lee. Reaccionó con lágrimas, y preguntada por esa derrota y por su dolor, respondió que se debían a la presión de la inminencia de otros Juegos Olímpicos.

La gimnasta texana ganó en los Juegos Olímpicos de Río 2016 cuatro medallas de oro y una de bronce que en Tokio podía al menos igualar, de acuerdo con las notas obtenidas en las últimas temporadas. Excepto en el año sabático que se tomó tras los anteriores Juegos, ha ganado todas las competiciones en las que ha participado excepto en dos.

Durante ese periodo se convirtió, además, en una líder social al desvelar los abusos a los que fue sometida por el médico Larry Nassar, hoy en prisión. Luego ha sido un azote continuo para la federación y el comité olímpico estadounidenses, a los que acusa de hacer oídos sordos a las denuncias formuladas durante años.

A falta de conocer si competirá en las categorías individuales de los Juegos de Tokio, el abandono de Biles en la primera final y su valentía y sinceridad al reconocer abiertamente sus problemas mentales ha provocado una ola mundial de solidaridad y admiración que agiganta su figura como referente social.