Sociedad
Transexualidad
Diez errores que cometemos cuando hablamos de transexualidad
Berezi Fernandez | EITB Media
Naizen, la asociación de apoyo a familias de menores transexuales, ha creado un glosario sobre transexualidad, identidad y género. Además, han elaborado listas de términos inapropiados y evitables.
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Dos mujeres portan la bandera transexual. Foto: Quinn Dombrowksi (Flickr)
Euskaraz irakurri: Transexualitateaz ari garenean egiten ditugun hamar akats
El lenguaje y las palabras que usamos dan sentido a nuestros actos y nuestros sentimientos. Cuando se habla sobre transexualidad —más aún sobre menores transexuales—, la elección de palabras adecuadas toma otra dimensión. Y es que, no llamar a los procesos, a los genitales o a la forma que tenemos de estar en el mundo por su nombre determina la propia vivencia de las personas.
Con el fin de corregir esos conceptos erróneos que usamos con frecuencia, la asociación Naizen ha creado un glosario para evitar palabras "que dificultan la comprensión", ya que "hay personas para quienes estas expresiones resultan ofensivas e hirientes". Además, han elaborado otra lista de conceptos para "hablar en positivo" sobre la transexualidad.
1. Niñas o niños nacidos en un cuerpo equivocado. "¿Cómo va a ser equivocado el cuerpo de alguien, su propio cuerpo?", preguntan desde Naizen. ¿Cómo vamos a enseñar a nuestros niños y nuestras niñas la importancia de sentirse bien con sus propios cuerpos cuando hablamos de cuerpos equivocados o correctos — buenos y malos, normales y anormales, aceptados y rechazados— ? Miembros de la asociación sentencian: "El cuerpo ni es ni no es equivocado. El cuerpo es. Y cada cuerpo es como es. Diverso, porque no hay dos cuerpos iguales. Si hay algo equivocado, en todo caso, será la mirada de la sociedad, la mirada de los demás: esa mirada llena de juicios".
2. Un niño que quiere ser niña. La identidad no es algo que deseemos, tampoco una meta a alcanzar. La identidad es, en efecto, lo que somos. Por eso, las y los profesionales de Naizen explican que "lo que estos niños y niñas quieren es que los demás les vean, que les vean como la niña o el niño que en realidad son. No es 'quiero ser una niña', sino 'quiero que los demás acepten que soy un niña'”.
3. Una niña que se siente niño. Según el glosario de la asociación, "si se siente niño, si se sabe niño, no es una niña, sino un niño". El grupo de apoyo a menores transexuales considera que, al usar este tipo de frases, "se da carta de naturaleza a la suposición que hace quien habla y, al tiempo, se relativiza, se pone en entredicho, se desconsidera y se menosprecia la identidad propia expresada".
4. Una niña con cuerpo de niño. En la misma línea de las anteriores expresiones, al decir que una niña tiene un cuerpo de niño estamos juzgando a ese menor con nuestros propios criterios —criterios sesgados basados en imposiciones sociales—. "Si es una niña, su cuerpo es el de una niña", aclaran desde Naizen, y, por tanto, "es una niña que tiene pene (como la mayoría de los niños). Y su pene será un pene de niña".
5. El sexo biológico. La gran mayoría de veces que se nombra el sexo biológico, en realidad, se quiere hacer referencia a los genitales, a los cromosomas o a los niveles hormonales. Esta asociación no tiene en cuenta, por ejemplo, que "hay mujeres que tienen cromosomas XY y que tienen vulva, o mujeres con cromosomas XX y niveles de testosterona mayores que la media de los hombres". Cuando queramos hablar sobre esto (y no sobre genitales), Naizen subraya que "si hablamos de 'el sexo', sólo tendrá sentido hacer referencia al sujeto en sí, y no a partes o porciones del mismo".
6. Cambio de sexo. Ésta es otra de esas asociaciones incorrectas que se hacen con frecuencia. Cuando decimos que alguien se ha cambiado de sexo, habitualmente queremos decir que alguien se ha sometido a una operación para cambiar sus órganos genitales. Naizen acalara que esta acepción "es del todo incorrecta". "Las personas transexuales no cambian de sexo. No cambian su propia categoría sexual; lo que cambian (o, al menos, lo pretenden) es la categoría sexual que los demás les asignan".
7. Identidad de género. El género y el sexo también son dos conceptos que se intercambian de forma errónea. No son sinónimos, por lo tanto, no podemos hablar de identidad de género cuando, en todo caso, nos estamos refiriendo a la identidad sexual. Según las y los representantes de Naizen, "si el género hace referencia al conjunto de expectativas e imposiciones sociales por razón de sexo, parece una contradicción hablar de identidad en relación a dichas imposiciones. Mi identidad, quien yo soy, está condicionada por dichas imposiciones, pero yo no soy dichas imposiciones".
8. Hombres, mujeres y transexuales (o el tercer sexo). Disociar a las personas transexuales de las categorías hombre y mujer genera conflicto. En este sentido, el grupo de apoyo a familias de menores transexuales aclara que esta diferenciación "niega su identidad y afianza aquello que les aboca al sufrimiento".
9. "¿Cuándo te diste cuenta de que eras transexual?". Bea Sever, miembro de Naizen y sexóloga, propone que, desde los medios de comunicación, se evite esta pregunta. Como alternativa, al hablar con una persona transexual podríamos preguntarle: "¿Cuándo decidió tu entorno creer que eras una chica (o un chico)?" o "¿Cuándo cambio tu entorno la forma en la que te miraba?".
10. Decir transexual cuando hablamos de personas. "Transexual" es un adjetivo, no un sustantivo. Por lo tanto, cuando utilizamos el término transexual, debería ir siempre acompañado de un nombre; es decir, deberíamos hablar de una persona, una mujer, un hombre o un menor transexual.