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Sociedad

Vertedero de Zaldibar

La familia pide que no sellen el vertedero hasta encontrar a Joaquín Beltrán

GAIZKA PALACIOS AGIRRE | EITB MEDIA

En una entrevista concedida a ETB, la portavoz de la familia, Marta Álvarez, señala que están "agotados" y "hundidos" y que nunca se imaginaron que un año después del derrumbe seguirían igual.

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Marta Álvarez, portavoz de la familia

Euskaraz irakurri: Joaquin Beltran topatu arte zabortegia ez ixteko eskatu du familiak

El 6 de febrero de 2020 se produjo el derrumbe del vertedero de Zaldibar, gestionada por la empresa Verter Recycling, que sepultó a dos de sus trabajadores: Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán.

Los restos de Alberto Sololuze fueron hallados el pasado mes de agosto, tras seis meses de búsqueda. Sin embargo, el cuerpo de Joaquín Beltrán sigue sin aparecer un año después y la familia teme que las autoridades den por finalizada definitivamente su búsqueda.

En una entrevista concedida a ETB desde Zaldibar, la cuñada de Joaquín Beltrán y portavoz de la familia, Marta Álvarez, ha señalado que están "agotados mentalmente, anímicamente hundidos y emocionalmente destrozados".

"Ni en mis peores presagios podía imaginar que un año después íbamos a seguir igual", ha lamentado mientras observa la ladera donde se situaba el vertedero.

Aquel fatídico día también se encontraban en la escombrera el hermano de Joaquín Beltrán, su primo y su hijo mayor.

"El peor momento que recuerdo es la llegada de su hijo mayor, llorando desconsoladamente, sin poder dar dos pasos y diciendo que se había ido un héroe; en ese momento fuimos conscientes de que había acabado todo", ha recordado.

Antes de que se derrumbaran 500.000 metros cúbicos de tierra y de residuos tóxicos, Joaquín Beltrán fue dando aviso a sus compañeros para que se alejaran de la zona y estos lograron salvar sus vidas in extremis.

Un informe de la Fiscalía señala que días antes del colapso la empresa tuvo conocimiento de la aparición de grietas en el vertedero, pero que aún así no se detuvo la descarga de residuos y que continuaron con su actividad habitual. Fue el mismo Joaquín Beltrán quién alertó a sus jefes de las irregularidades detectadas en la zona.

Preguntada por si esta tragedia pudo haberse evitado, Marta Álvarez considera que probablemente sí, pero añade que ahora deben mirar hacia delante.  

"Supongo que se podría haber evitado haciendo las cosas de otra manera, pero sucedió y debemos seguir con la vida. Hay tres niños por los que luchar y una hermana que está sufriendo mucho. Debemos tirar de ellos y en ello estamos", ha indicado sin poder contener la emoción.

La familia de Joaquín Beltrán, que siempre ha agradecido la labor de los técnicos y operarios de emergencias que trabajan desde hace un año en las tareas de búsqueda, criticó públicamente la gestión del Gobierno Vasco en este caso, ya que consideraba que no se hacía todo lo que se podía y observaba "descoordinación" en las labores de rescate.

Un año después solo piden que se siga buscando a Joaquín Beltrán, pero temen que las autoridades ordenen el fin de las labores de búsqueda y el sellado del vertedero.

"Sabemos que cuando termine la búsqueda sellarán el vertedero y solo hay dos opciones: que aparezca el cuerpo de Joaquín o que lo den por perdido. Y eso es lo que no queremos", ha señalado la portavoz de la familia, que a pesar de todo no pierde la esperanza.