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Sociedad

MEMORIA HISTÓRICA

Identificado un preso fugado del fuerte de San Cristóbal y exhumado en Usetxi

AGENCIAS | REDACCIÓN

Se trata de los restos de Ramón Haro Gómez, un jornalero natural de Salamanca que llegó al penal del fuerte de San Cristobal, de donde trató de huir y tras ser detenido fue asesinado.

  • Restos exhumados en Usetxi (Esteribar) en agosto de 2016.

    Restos exhumados en Usetxi (Esteribar) en agosto de 2016. Foto: Gobierno de Navarra

Euskaraz irakurri: Hobitik ateratako preso bat identifikatu dute Usetxin

La colaboración entre el Gobierno Foral y la Generalitat de Cataluña ha permitido identificar los restos de Ramón Haro Gómez, uno de los presos que participó en la fuga del fuerte de San Cristóbal en mayo de 1938 y que fue localizado y exhumado en Usetxi (Esteribar) en 2016 junto con otros dos cuerpos.

La identificación ha sido posible gracias a una muestra aportada por su hijo, quién la depositó en el laboratorio de Genética del Hospital Universitario del Vall d’Hebron de Barcelona, dentro del programa de identificación genética de la Generalitat de Cataluña, informa el Gobierno navarro.

En el marco del convenio firmado en septiembre entre el Ejecutivo navarro y la Generalitat, la Direcció General de Memòria Democràtica, con la autorización de la familia, gestionó el envío del perfil genético al Instituto Navarro de la Memoria y de esa forma, tras su cotejo con los restos óseos procedentes de la exhumación, ha sido posible la identificación genética.

Ramón Haro Gómez, jornalero natural de Encinas de Abajo (Salamanca), estaba casado y tenía dos hijos. Llegó al penal del fuerte de San Cristóbal, en el monte Ezkaba, el 19 de junio de 1937, cuando contaba con 25 años, junto con su hermano Hilario y otros cinco vecinos de Encinas de Abajo.

Cuatro de ellos participaron en la fuga del 22 de mayo de 1938, fueron detenidos, pero salvaron su vida. Ramón Haro logró llegar hasta Usetxi (Esteribar) con otros dos compañeros, donde fueron detenidos y conducidos a casa del alcalde.

Más tarde, los tres presos fueron trasladados al pastizal de Patzaranzokoeta donde fueron asesinados por la guardia civil el 24 de mayo. Varios vecinos se encargaron, posteriormente, del enterramiento en la parte inferior de la ladera del prado, junto a la valla que limita el camino.

Gracias a las informaciones obtenidas por el investigador Fermín Ezkieta, la fosa pudo ser localizada y exhumada por los técnicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en agosto de 2016.

Con Ramón Haro, son ya cinco los presos asesinados en la fuga que han podido ser identificados.