Sociedad
Paulo Alberdi Sololuze
Paulo Alberdi Sololuze: "Por favor, que continúen buscando los cuerpos"
Euskadi Irratia | eitb.eus
La familia Sololuze no olvida que "Joaquín perdió la vida en parte por avisar a su tío Alberto".
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Paulo Alberdi Sololuze, en el informativo 'Faktoria' de Euskadi Irratia
Euskaraz irakurri: "Mesedez, segi dezatela gorpuak aurkitzeko ahaleginean"
Hoy 27 de marzo se cumplen 50 días desde que se produjo el desprendimiento en el vertedero de Zaldibar. 50 días sin noticias de Alberto Sololuze y Joaquin Beltrán. 50 días, por lo tanto, desde que sus cuerpos fueron cubiertos bajo los escombros a causa del derrumbe.
Paulo Alberdi, sobrino de Alberto Sololuze, ha ofrecido una entrevista al informativo 'Faktoria' de Euskadi Irratia, reconociendo que no les gusta estar en el foco de los medios de comunicación y añadiendo que en cierta medida, la crisis del coronavirus les ha apartado de la primera línea de la actualidad.
Paulo Alberdi ha reiterado cuál es el principal objetivo de las familias: encontrar los cuerpos. "No puedo pensar que en 2020, en Euskal Herria, en un mundo avanzado, pase esto y no vayamos a sacar a esos trabajadores de allí". Aunque saben que los equipos de búsqueda siguen trabajando y "están conformes con eso", el sobrino del desaparecido ha pedido que "por favor, sigan trabajando hasta que encuentren los cuerpos", para poder despedirse de su tío.
Abuela Bittori
La familia de los Sololuze es pequeña: "el tío Alberto, la tía, su hija Nahia, la abuela y nosotros" ha explicado Paulo Alberdi. La abuela Bittori, de 92 años, vive en casa de su hija, es decir, en la casa de la hermana de Alberto Sololuze y no tiene constancia de lo ocurrido en Zaldibar. "Todavía no le hemos dicho nada, no sabe lo que ha pasado con mi tío", esperaban decirselo cuando se hiciera el funeral pero, sin la fecha, no quieren entrar en relatos.
El desaparecido Alberto Sololuze tenía 62 años. Iba a dejar el vertedero y jubilarse, con ello empezaría otra vida, ya que, estaba preocupado por lo que estaba viendo en los últimos meses. Trabajaba en la báscula, contando los camiones que llegaban al vertedero y haciendo tareas administrativas. En casa ya había contado que llegaban mucho más camiones de los habituales.
El desprendimiento le alcanzó en la báscula. Además, la familia de Alberto Sololuze no olvida que, "el segundo trabajador desaparecido, Joaquín Beltrán, perdió la vida por avisar a su tío Alberto".