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Muere Ascensión Mendieta, símbolo de la lucha por la memoria histórica
agencias | redacción
La exhumación de su padre Timoteo Mendieta, presenciada por su hija Asunción y numerosos familiares, fue la primera de la "querella argentina".
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Ascensión Mendieta. Foto: EiTB
Euskaraz irakurri: Ascension Mendieta hil da, memoria historikoaren aldeko borrokalaria
Ascensión Mendieta, la mujer que luchó durante años para recuperar los restos de su padre, Timoteo Mendieta, represaliado vasco del franquismo y logró exhumarlos en 2017 del cementerio de Guadalajara, en el primer caso de lo que se denominó "querella argentina" contra los crímenes del franquismo, ha fallecido a los 93 años.
La exhumación de Timoteo Mendieta, presenciada por su hija Asunción y numerosos familiares, fue la primera de la "querella argentina", y se hizo siguiendo un exhorto de la jueza Servini, que investigó los crímenes del franquismo en España.
La exhumación fue autorizada por el titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Guadalajara y, tras dos intentos infructuosos, los restos de Timoteo -que fue fusilado en 1939- fueron hallados en la fosa número 1 del cementerio de Guadalajara en mayo de 2017.
Tanto Ascensión como el resto de su familia, sus hijos y nietos, recibieron con gran alegría la noticia y su hija, que con 88 años viajó a Argentina para reunirse con la jueza Servini, afirmó que su ilusión era tener los restos de su padre para que le pudieran enterrar con él.
El 2 de junio de 2017 Timoteo Mendieta fue enterrado en el cementerio civil de la Almudena de Madrid en un acto donde no faltó Ascensión, quien vio con vida a su padre por última vez a los trece años y que le recordaba como "una persona buenísima, al que todo el mundo quería".
Tras los trabajos de exhumación iniciados para encontrar a Timoteo Mendieta, de la mano de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, cerca de una decena de víctimas enterradas en la misma fosa se interesaron por recuperar sus restos.
Así, el empeño de Ascensión Mendieta, quien se ha convertido en un símbolo de la lucha por la recuperación de la Memoria Histórica, ayudó a muchas otras familias a recuperar los restos de sus familiares, algunos que ni siquiera sabían de su fusilamiento y enterramiento en fosas.
De hecho, en 2018, el centro San José de Guadalajara acogió el acto de entrega, por parte de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), a sus familias de los restos identificados genéticamente de 22 personas que fueron exhumadas en el cementerio de Guadalajara y que fueron asesinados en la represión franquista.