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Sociedad

8 de marzo

Cómo contestar a tu cuñado machista

Mikel Domínguez | eitb.eus

Desmontamos trece tópicos machistas con la ayuda de miembros del Movimiento Feminista para que sepas cómo contestar a esas ideas del machismo tan recurrentes como equivocadas.

  • Movilización feminista.

    Movilización feminista / Foto: EFE.

Euskaraz irakurri: Matxismoaren topikoei erantzuteko gida

La cuarta ola del feminismo ha llevado a la reivindicación por la igualdad a la primera plana. A base de lucha, denuncia y movilizaciones como la huelga feminista del 8 de marzo, el final de un sistema que se basa, en gran medida, en la opresión y dominación a las mujeres está hoy más cerca que ayer.

Sin embargo, aún no ha llegado el día de la igualdad real, y el machismo, como una presa moribunda que se revuelve, tira de tópicos para defenderse. Esas frases e ideas recurrentes son burdas y chirrían en nuestros oídos, pero no es siempre sencillo contestarlas contundentemente.

Por eso, hemos pedido ayuda a activistas y militantes del Movimiento Feminista para desmontar estos tópicos.

"El feminismo es como el machismo, pero al revés. Ni machismo ni feminismo, ¡igualdad!"

El machismo es la ideología que sustenta la dominación del hombre sobre la mujer, mientras que el feminismo es, según la RAE, el "principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre". Por eso resulta tan equivocada esa equiparación. Como explica Anabel Sanz, miembro de la asociación FeministAlde!, "el feminismo, más que lo opuesto del machismo, es lo que se opone al machismo".

La periodista Irantzu Varela también lo tiene claro: "Es como decir 'ni libertad ni esclavitud', es decir, poner en paralelo una manera de pensar y una lucha que reivindica que todas las personas tengamos los mismos derechos y que lucha contra todas las formas de opresión y discriminación, con una ideología que considera que los hombres, solo por serlo, son superiores y tienen derecho a tener privilegios".

"Yo no soy machista, ¡si ayudo en casa!"

Irantzu Varela: "Hay hombres que piensan que no son machistas porque limpian el baño en el que cagan"

Sanz explica que, de entrada, la palabra 'ayudar' lleva "implícita la idea de eludir la responsabilidad del cuidado, y esa actitud es profundamente machista". Esa postura es "impresentable" para Varela. Hay hombres que piensan que no son machistas "porque limpian el baño en el que cagan, cocinan su propia comida, friegan los platos en los que comen o incluso cuidan, a veces, cuando les sale de los cojones, de sus propias criaturas".

Seguramente, haya hombres que crean que son adalides de la igualdad por "ayudar" a su mujer en las tareas del hogar, pero eso solo "deja bastante claro el nivel de asunción y de naturalización de los privilegios que tienen la mayoría de los hombres, que no explotan todo el rato, no se aprovechan" de su situación "todo el tiempo", e incluso "a veces se ocupan un poquito de su propia supervivencia, que no de la del resto".

"No todos los hombres somos iguales #NotAllMen"

La lucha feminista no es exclusiva de las mujeres. Sanz explica que "a lo largo de la historia siempre ha habido hombres que han apoyado el feminismo sin ambages, pero precisamente esos jamás dirían esa frase".

Y es que muchos otros hombres acusan al feminismo de suponerles violadores y agresores, pero Varela asegura que "nunca he escuchado a una feminista decir que todos los hombres son iguales", sino que "todos los hombres disfrutan de una posición de privilegio". En vez de echar balones fuera, la responsabilidad de los hombres es "dejar esos privilegios para que todas las personas tengamos derechos", porque, si hay alguien con privilegios, "siempre es a costa de los derechos de otras personas".

"Estáis obsesionadas con el machismo. Para vosotras, todo es machismo."

Quizás en este caso lo mejor sea no contestar y darles la razón. "Es que, para nosotras, todo es machismo", afirma Varela. Las mujeres conviven cada día con "decenas de manifestaciones de desigualdad y de violencia cotidianas que tenemos tan naturalizadas que a veces ni vemos". Un ejemplo claro: "el hecho de que todas tenemos miedo a la hora de volver a casa; eso es insoportable".

Otra opción es tirar de ironía, como Sanz: "Quizás deberíamos relajarnos y dejar que nos agredan, nos violen, nos asesinen, nos paguen menos por el mismo trabajo, nos expliquen todo el rato lo que nos pasa… y dejar de obsesionarnos".

"¿Día Internacional de la Mujer? ¿Para cuándo el Día del Hombre?"

De la misma manera que sería "ridículo" establecer un "día de los seres privilegiados que no saben lo que es la discriminación porque no la han vivido nunca", Varela recuerda que el Día del Hombre "no tiene ningún sentido".

"A los hombres no nos dejan participar en el 8M. Eso no es igualdad."

El papel de los hombres durante la huelga feminista y en las movilizaciones está definido por el Movimiento Feminista. "No les necesitamos para manifestarnos", explica Sanz, "les necesitamos para compartir los cuidados, para confrontar las actitudes machistas cotidianas, para renunciar a sus privilegios".

Además, la filósofa política Jule Goikoetxea, investigadora en la UPV/EHU, explica que para que exista igualdad "es necesario que existan espacios no mixtos", donde "las mujeres, en este caso, puedan empoderarse y organizarse para llegar a ser un sujeto político, como ya lo son los hombres".

"A los hombres no nos dejan participar en el feminismo."

Nerea Gómez: "Carece de sentido que el sexo privilegiado le diga al sexo sometido cómo debe liberarse"

Nerea Gómez, coordinadora de Ladies, Wine & Design, iniciativa feminista dentro de la industria creativa, recuerda unas palabras de la activista Kelly Temple: "Los hombres que quieren ser feministas no necesitan que se les dé un espacio en el feminismo. Necesitan coger el espacio que tienen en la sociedad y hacerlo feminista".

Ese movimiento, sin embargo, sí "corresponde liderarlo a las mujeres", porque, como recuerda Gómez, "carece de sentido que el sexo privilegiado le diga al sexo sometido cómo debe liberarse".

Los hombres también tiene la opción de abrir un debate propio, que puede verse hoy en día en diversos talleres feministas para ellos: "¿Para cuándo la revolución masculina? ¿Para cuándo la liberación del hombre, la revisión de los estándares que se imponen como masculinos y viriles?".

"No existe brecha salarial: está prohibido por ley que una mujer cobre menos."

Sí, existe brecha salarial, y no solamente la "discriminación directa" de que una mujer cobre menos en el mismo puesto de trabajo. Eso, según explica Sanz, "podría denunciarlo en magistratura".

La brecha salarial sucede por otras razones. En primer lugar, porque hay trabajos feminizados, en los que se cobra menos, y masculinizados, donde el salario es mayor. Goikoetxea pone como ejemplo el sector del metal, de hombres, y el de la limpieza, donde la mayoría son mujeres. "Eso no implica que, si un hombre trabaja en la limpieza, cobre más que una mujer. Pero, al ser un sector feminizado, resulta que la inmensa mayoría de las trabajadoras de este sector peor remunerado son mujeres". Y no, no es casualidad.

Además de esta segregación horizontal, está la segregación vertical, por la que "en la misma empresa, los altos cargos corresponden en su mayoría a los hombres y las subcontratadas son mujeres".

Y hay más: "la mayoría de los contratos parciales corresponden a las mujeres", por lo que "cotizan menos y cobran menos pensiones".

¿Y quiénes "piden más excedencias para atender a los cuidados de hijos y mayores"? Efectivamente, las mujeres. Mayor "carga de trabajo no remunerado" para ellas.

"La mayoría de denuncias por violencia de género son falsas."

Anabel Sanz: "Las denuncias falsas en materia de violencia machista son el 0,0075 %"

Varela engloba esta idea dentro de la "propaganda supremachista", mientras Sanz explica que "las denuncias falsas en materia de violencia machista son el 0,0075 % frente a 130.000 denuncias".

Según explica Varela, "en 2017, el Consejo General del Poder Judicial no pudo demostrar ni una sola denuncia falsa en violencia de género, cuando, por ejemplo, en los casos de robo con violencia rondan el 30 %". Entonces, ¿de dónde viene ese falso dato en el que se sustentan las opiniones contra la Ley de la Violencia de Género? El truco es "hacer pasar por denuncias falsas todas aquellas que no acaban en sentencia firme, lo cual no se sostiene ni lógicamente ni jurídicamente".

Además, Varela considera que "la justicia patriarcal no cree a las mujeres" porque "considera que tenemos que demostrar que nos hemos defendido con uñas y dientes" o que incluso "tenemos que ir con la cabeza debajo del brazo para que nos crean que nos han agredido".

"Los hombres están desprotegidos por la ley. Se puede condenar a un hombre sin pruebas."

En 2004, en el Estado español, se aprobó la actual ley contra la violencia de género con la intención de aumentar la protección de las mujeres que sufrían malos tratos por parte de sus parejas y exparejas, de manera que no fuese solo tratado desde el Código Penal.

La Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género define este tipo de violencia como aquella que "como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia".

Resulta impensable que existan sentencias condenatorias sin pruebas, por lo que no se puede castigar a un hombre sin pruebas. Es más, casi la mitad de las denuncias por violencia de género terminan archivadas por falta de pruebas. Si algo se puede inferir del dato es que muchos casos no terminan en condena por "no resultar justificada la perpetración del delito", dejando posiblemente desprotegida a la mujer, y en cualquier caso, demostrando que ningún hombre es castigado solo por ser hombre y sin pruebas en su contra.

Como ejemplo de lo contrario, en que "no se condena a los agresores" y "se les sigue dejando libres con pruebas", Sanz pone el caso de La Manada, donde "un juez ve jolgorio en una violación múltiple y con sus opiniones y sentencias va construyendo el relato de la post verdad".

"Cualquier cosa es un abuso. ¡Ya no se puede ni ligar!"

Si dicen eso, quizás es porque tengan una idea muy equivocada de lo que es ligar, y responde al "modelo de sexualidad masculino". Para Sanz, esto debería cambiarse desde la educación, pues "la socialización de niños y adolescentes se produce especialmente mediante el acceso a una pornografía profundamente machista y violenta". Es necesaria una perspectiva feminista en todos los ciclos de la enseñanza para evitar "el concepto de ligar de los tíos".

Gómez enumera una lista de equívocos que son tomados como "códigos válidos para ligar" pero que, en realidad, resultan "incómodos, intimidantes y abusivos" hacia las mujeres: "obligar a alguien a que hable contigo solo porque te has empeñado a hablar con ella; mirarnos sin pudor, transmitiéndonos la lascivia que hay en la mirada; dar por hecho que queremos escuchar la opinión masculina acerca de nuestro físico, sea cual sea; cercar a un grupo de amigas que bailan entre ellas cuando nadie te ha invitado a sumarte al grupo; traspasar ese espacio vital, que no es tuyo, pegando tu cuerpo al nuestro; lanzarte a besar a alguien directamente y sin previo aviso, e intentar 'robarle un beso'...".

Quizás simplemente sea cuestión de respeto, que es como las mujeres "hemos procurado ligar toda la vida".

"Las feminazis son unas subvencionadas que viven del cuento."

Jule Goikoetxea: "El término 'feminazi' se usa para diferenciar a las feministas buenas de las malas"

Goikoetxea explica que las subvenciones se dan a asociaciones, y no a individuos. Además, las feminazis son en su mayoría "de clase trabajadora y empleadas", por los que viven de su salario, y no de las subvenciones.

Pero es más, y esto sirve para cualquier tópico que incluya la palabra estrella, feminazi se usa para designar a las "feministas malas" frente a las "feministas buenas". ¿Y cuál es la diferencia? Este es el planteamiento del machismo: "Las feminazis son, precisamente, las que me molestan a mí como hombre".

"Os ponéis tan quisquillosas que el machismo está volviendo más fuerte que nunca por vuestra culpa."

El colmo. Ahora resulta que la culpa del machismo es del feminismo. "Eso es como decir que los esclavistas eran más radicales en la medida en que la gente empezó a reivindicar sus derechos como personas", argumenta Varela.

Además, no es cierto. Más fuerte que el machismo está, según Sanz, el feminismo. "El machismo ha existido siempre, pero ahora ya no lo vamos a tolerar. De eso sí somos culpables: de la rebelión contra el machismo", concluye.