Sociedad
evento astronómico anual
La luna nueva, el telón de fondo ideal para las Perseidas
Iker González | eitb.eus
La lluvia de meteoros más popular de cada año se producirá en unas condiciones óptimas: del 11 al 13 de agosto el mayor número de 'Lágrimas de San Lorenzo', el mejor momento, la noche del 12.
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LLuvia de meteoros de 2016. Foto de archivo: EFE
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Las Perseidas o 'Lágrimas de San Lorenzo' de 2018 se producirán en las mejores condiciones posibles ya que el 11 de agosto será la luna nueva, lo que dejará un cielo completamente oscuro para disfrutar mejor del espectáculo.
La lluvia de meteoros de las Perseidas se produce todos los años, en torno al 12 de agosto. Esa noche suele ser el momento en que se produce con mayor frecuencia, unos 200 meteoros por hora.
Aunque se asocie al día de San Lorenzo (10 de agosto), habitualmente comienzan a verse sobre el 17 de julio, hasta el 24 de agosto.
Este año, la luna nueva será el 11 de agosto, víspera del momento de mayor actividad de los meteoros, por lo que el mejor momento será la noche del 12 al 13 de agosto, a partir de las 22:00 horas, hasta el día siguiente a las 10:00 horas.
El año 2018 es, por tanto, un año casi inmejorable para ver el espectáculo astronómico de las 'Lágrimas de San Lorenzo' o Perseidas.
Foto: IGN
Consejos para ver mejor las Perseidas
Los lugares ideales para observar la lluvia de meteoros son aquellos que proporcionen un cielo oscuro.
Preferiblemente, se recomienda un lugar que tenga pocos obstáculos visuales, tales como edificios, árboles… y no utilizar telescopios, prismáticos o cualquier instrumento que limite el campo de visión.
Aunque parezca que las Perseidas vengan de la constelación de Perseo, por eso Perseidas, se pueden ver en cualquier punto del firmamento. Desde el Instituto Geológico Nacional del Ministerio de Fomento recomiendan dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza antes de su ocaso.
Cómo se producen
Cada lluvia de estrellas está asociada a un cometa. Las llamadas 'estrellas fugaces' de las Perseidas son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, por lo general menores que granos de arena, que va dejando el cometa 'Swift-Tuttle' a lo largo de su órbita.
Cuando un cometa se acerca a las regiones interiores del Sistema Solar, su núcleo, formado por hielo y rocas, se sublima debido a la acción de la radiación solar y genera las características colas de polvo y gas. La corriente de partículas resultante se dispersa por la órbita del cometa. No se trata por tanto de una estrella sino de una partícula de polvo incandescente.
Cada año por estas fechas, la Tierra se encuentra con los restos de este cometa, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992. Estas partículas de polvo, al contacto con la atmósfera terrestre, se desintegran a gran velocidad, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de 'meteoros'.