Política
Día de la Memoria
E. G. | EITB Media
A instancias del Gobierno Vasco, 3 víctimas de diferentes sensibilidades y 3 historiadores han elaborado un texto "compartido" con las bases para la convivencia en Euskadi. En su presentación, Urkullu ha pedido una mirada ética: "Fue injusto, esta es la mejor garantía para la no repetición".
El Día de la Memoria de este año ha servido para presentar el documento "Begiradak. Bases compartidas para la construcción social de la memoria en Euskadi", un texto elaborado a instancias de la Viceconsejería de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación del Gobierno Vasco. Se trata de "una reflexión compartida" realizada por tres víctimas de diferentes sensibilidades y tres historiadores de las universidades de la UPV/EHU y Deusto. En el documento, se censura "el olvido público", y se reclama la pluralidad de memorias, así como la autocrítica de aquellos con alguna responsabilidad en las diferentes expresiones de terrorismo y violencia, sin olvidar un reconocimiento de todas las víctimas. Todo ello, para avanzar hacia un futuro de paz y convivencia, "en una contribución humilde, no definitiva ni única", dicen sus autores, que espera ser "un granito de arena más para seguir compartiendo mañana".
Los responsables del trabajo son, por una parte, Josu Elespe Pelaz y Maria Jauregi Lasa, hijo e hija, respectivamente, de Froilán Elespe y Juan Maria Jauregi, víctimas de ETA y Axun Lasa Arostegi, víctima de tortura y hermana de Joxean Lasa Arostegi, víctima de los GAL. Además, el grupo ha estado compuesto por tres historiadores, que han aportado su visión académica: Unai Belaustegi Bedialauneta (UPV/EHU), Eider Landaberea Abad (Universidad de Deusto) y Virginia López de Maturana Diéguez (UPV-EHU).
Para el proceso de reflexión, el grupo de trabajo ha realizado una serie de entrevistas a una veintena de personas con diferente implicación en el proceso de paz. Destacan, entre otras, Sara Buesa, hija de Fernando Buesa, asesinado por ETA; Karmen Galdeano Prieto, hija de Xabier Galdeano, víctima del GAL; figuras conocidas de la política vasca (Jesús Eguiguren, Ramon Rabanera o José Antonio Ardanza), así como el coordinador del Foro Social, Agus Hernan o el abogado Txema Urkijo, con amplia experiencia y cargos en materia de víctimas. Su aportación, asegura el grupo de trabajo, ha resultado ser "fundamental y valiosa" para el proceso de reflexión.
Con estos mimbres, el grupo ha confeccionado un documento que recoge nueve bases o aspectos clave para la consecución de un futuro de paz y convivencia. Así, subrayan que la "sociedad vasca no desea olvidar", y rehúsan, por tanto, "un olvido público". Según matizan, "ello no significa que se quiera revisar este pasado desde la revancha o la venganza, mirar al pasado desde posiciones constructivas e inclusivas".
Frente a ese olvido público, reivindican un futuro con "memorias", en plural, que más allá de su coexistencia, busquen "lugares comunes", aunque admiten lo "difícil" de este camino. Según argumentan, una única memoria de carácter oficial "resulta artificial, estéril y no constructiva".
Asimismo, llaman a superar "los relatos autojustificativos", aquellos que resultan "partidistas, revanchistas y excluyentes" y que "perpetúan y cronifican el escenario de "unos" y "otros"". En ese sentido, creen necesario hacer "una revisión autocrítica del pasado" porque "da más garantías" para la no repetición. En este punto, se interpela "directamente y sin excusas a quienes tuvieron responsabilidades directas e indirectas en las diferentes expresiones de terrorismo y en todas las manifestaciones de violencia de motivación política y vulneraciones de derechos humanos". "Ni los conflictos políticos ni la razón de Estado justifican, en ningún caso, el uso de la violencia", recuerdan.
Reclaman la búsqueda de "la verdad" de los hechos, conocerlos y comprenderlos, y reconocer, igualmente, a todas las víctimas. Sobre ellas, dicen que "representan la injusticia radical de la violencia y lo intolerable de lo sufrido", y piden "evitar su utilización política y su re-victimización o victimizaciones secundarias en el espacio público". Por último, el grupo de trabajo insta a trabajar la memoria entre las generaciones más jóvenes, y cita como ejemplo experiencias educativas como Adi-adian.
Urkullu reclama una "mirada ética" hacia el pasado
Tras la presentación del documento, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha tomado la palabra para subrayar la importancia de la dimensión ética: "Mirar desde la ética. Esa mirada desde la historia y desde la memoria, esa mirada desde la experiencia de las víctimas, esa mirada autocrítica y que no busca la autojustificación, debe también ser una mirada ética, una mirada que debe conllevar un corolario final: fue injusto. Ésta es, sin duda, la mejor garantía para la no repetición".
Sobre la autocrítica, el lehendakari ha dicho que "no todos los vascos y vascas tuvieron, tuvimos la misma responsabilidad", y ha insistido en que esta debe ser "sincera y consecuente" para ser tratada como tal.
Para Urkullu, el documento "compartido" presentado hoy es "una valiosa aportación para la convivencia".
El lehendakari ha defendido la necesidad de un "futuro con memoria", entendida ésta como "pilar básico de un modelo de convivencia basado en la no violencia, en principios y valores éticos y democráticos, y en la defensa, protección y garantía efectiva de los derechos humanos".
"No podemos, no debemos, no queremos olvidar", ha concluido el lehendakari.
En el documento presentado hoy se subraya que el "reconocimiento de todas y de cada una" de las víctimas es "fundamental para la construcción de una convivencia democrática sustentada en un futuro con memoria y verdad".
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