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Política

BIOGRAFÍA

Ardanza, el lehendakari que luchó por la cohesión entre diferentes

Naiara Ballesteros | EITB MEDIA

Nacido el 10 de junio de 1941 en Elorrio, estudió en el Seminario diocesano de Derio y después en el Colegio Jesuíta de Durango. Fue alcalde de Arrasate y diputado general de Gipuzkoa, antes de ser lehendakari.

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José Antonio Ardanza. Imagen obtenida de un vídeo de EITB Media.

Euskaraz irakurri: Ardanza, desberdinen arteko kohesioaren alde borrokatu zen lehendakaria

José Antonio Ardanza Garro ostentó durante 14 años la máxima responsabilidad institucional en Euskadi como lehendakari. Durante ese tiempo su obsesión fue lograr una sociedad vasca cohesionada en la defensa de los principios fundamentales de la democracia y la libertad.

Como lehendakari será recordado por haber liderado el Pacto de Ajuria Enea. En su día aseguró que "sería estúpido si tuviera nostalgia" de un cargo que dejó por voluntad propia, pero lo que más pesó en sus años como lehendakari fueron las "más de trescientas personas que ETA mató" durante su mandato.

"Ser lehendakari es uno de los oficios más difíciles, más complicados y más comprometidos. Eres una especie de faro en medio de la tormenta y todo el mundo tiene derecho a criticarte: todas las olas revientan contra ti" dijo una vez jubilado.

José Antonio Ardanza nació el 10 de junio de 1941 en Elorrio; de niño estudió en el Seminario diocesano de Derio y después en el Colegio Jesuíta de Durango.

José Antonio de pequeño con sus padres

José Antonio de pequeño con sus padres.

Estudió en la Universidad de Deusto y se licenció en Derecho. Sus estudios le llevaron a trabajar como asesor jurídico en Caja Laboral Popular entre 1969 y 1983. En su juventud fue simpatizante de EGI, la organización juvenil del PNV, y posteriormente militante del Partido Nacionalista Vasco.

Ardanza de estudiante

Ardanza de estudiante.

Su carrera política comenzó en 1979. Tras el fin de la dictadura de Franco, con la llegada de las primeras elecciones municipales, fue elegido alcalde de Mondragón como candidato independiente en la lista del PNV. En 1983 dejó de ser alcalde para ocupar el puesto de diputado general de Gipuzkoa.

La dimisión de Carlos Garaikoetxea en 1985 le llevó a Ajuria Enea, donde ejerció como lehendakari entre los años 1985 y 1999. Las desavenencias dentro del partido por la famosa Ley de Territorios Históricos acabaron con la escisión del partido y su nombramiento como candidato a lehendakari.

El sector comandado por Xabier Arzallus quería mantener las competencias de las diputaciones forales, mientras que el de Garaikoetxea quería dar más poder al Gobierno Vasco. Tras varios meses de mucha tensión, el bloque de Garaikoetxea abandonó el PNV en masa para formar después Eusko Alkartasuna.

Años más tarde, viendo las imágenes de la época, Ardanza recordaría aquel instanten como un "momento muy duro", en el que estaba "muy enfadado y preocupado".

Entre los grandes hitos de la gestión de José Antonio Ardanza como lehendakari está la formación del primer gobierno de coalición plural entre nacionalistas y socialistas, que perduraría entre 1986 y 1998.

La violencia de ETA estuvo presente durante sus mandato. En sus dos primeros años como lehendakari ETA asesinó María Dolores González Katarain, 'Yoyes', mató a 21 personas en Hipercor y voló la casa cuartel de Zaragoza. "Fue una etapa muy dura, a menudo desgarradora, pero también fructífera", aseguraba en sus memorias.

Otro de los hitos clave de su gestión y que ha quedado para la historia, es el acuerdo para la normalización y pacificación de Euskadi, el Pacto de Ajuria Enea, suscrito por seis partidos políticos (PNV, PSE-EE, EE, EA, CDS y AP, a excepción de HB), con muchísimas dificultades, y que resultó ser, hasta aquel momento, el acuerdo político más amplio en ese ámbito registrado en Euskadi.

VÍDEO: 30 años desde la firma del Pacto de Ajuria Enea

Su gestión estuvo marcada también por el desarrollo del Estatuto de autonomía. Durante su mandato se produjo el despliegue territorial de la Ertzaintza. También se llevó a cabo la inauguración de la autovía del Leitzaran que une San Sebastián con Pamplona.

Encarar el reto de la unidad europea o mejorar las relaciones con Navarra también fueron objetivos de José Antonio Ardanza. Así, en 1996, el lehendakari se reunió con el presidente Foral Javier Otano (PSN-PSOE) para crear un órgano común de unión entre Euskadi y Navarra que, a la postre, no pudo ser por la caída del tripartito navarro.

La guerra del Golfo y el secuestro y asesinato del concejal del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco le dejaron un sentimiento "de amargura interna".

"ETA ha ido perdiendo todos los trenes que los demócratas le hemos ido poniendo en distintas estaciones para que se enganche al tren", se lamentaba en 2016 en una entrevista en ETB. "Hasta en las peores guerras es conveniente tener un hilo de contacto con los terroristas", aseguraba en aquella ocasión.

Más adelante Ardanza tuvo en sus manos otra "decisión muy complicada": la creación del Museo Guggenheim Bilbao. "Me tocó decidir. Consulté con todo el mundo y al final pensé que sería positivo para Euskadi". "Me siento muy feliz porque era impensable en aquel momento proyectar el éxito que ha tenido", aseguraba en Radio Euskadi en 2016.

Tras casi cuatro legislaturas al mando de Euskadi, en mayo de 1997 anunció su intención de no volverse a presentar al cargo, pero siguió trabajando hasta terminar la legistura e intentó una vez más lograr la la paz en Euskadi. En febrero de 1998 promovió un plan de paz, denominado comúnmente Plan Ardanza, que según sus propias palabras, pretendió ser su "testamento" impulsando un "diálogo sin límites" entre los partidos vascos ajenos a la actividad terrorista. Sin embargo, no se pudo firmar.

Poco antes del fin de su mandato también fue testigo del anuncio de tregua indefinida de ETA como consecuencia del Pacto de Estella el 12 de septiembre de 1998.

Tras catorce años como lehendakari, terminó su etapa entre el cariño y el reconocimiento de la sociedad vasca y de sus propios consejeros. El 2 de enero de 1999, su compañero de partido y hasta entonces vicelendakari, Juan José Ibarretxe, le sucedió al frente del Gobierno Vasco, después de que el PNV hubiera vuelto a ser el partido más votado en las elecciones autonómicas de octubre de 1998.

Una vez retirado de la política, asumió la presidencia de Euskaltel durante 12 años, cargo que abandonó a finales de 2011, año en el que publicó sus memorias bajo el título Pasión por Euskadi.

José Antonio el día de su boda

José Antonio junto a Gloria Urtiaga el día de su boda.

Unas memorias en las que tiene peso propio su mujer, Mari Glori. "Mi mujer ha sido para mi muchas cosas en la vida; ha sido mi novia, mi mujer, mi compañera, mi aliada, y la persona más crítica conmigo", dijo el 17 de diciembre de 2012 en una entrevista en Radio Euskadi.

El 3 de marzo de 2010 sufrió un infarto de miocardio en su domicilio de Gautegiz-Arteaga y fue ingresado en el Hospital de Galdakao. Precisamente Galdakao le dedica un céntrico parque, el Parque Ardanza.

Ya en 2012 el Ejecutivo de Patxi López le concedió 'La Cruz del Árbol de Gernika', máxima distinción que concede el Gobierno Vasco.

En su penúltima entrevista en ETB, en septiembre de 2020, cuando comenzó el mandato del actual Gobierno Vasco, defendió las mayorías absolutas, aunque subrayaba "que todo dependía del talante de quien gobierne, porque si se busca la imposición no será bueno ni para el pueblo, ni para la democracia, ni para nadie". En ese sentido, dijo que sin gobiernos sólidos (con mayoría absoluta) no hubiesen sido posibles el Guggenheim, la autovía de Leitzaran o el Metro en Bilbao, entre otros muchos logros.

Su última entrevista la ofreció el 6 de julio de 2022 en Radio Euskadi, donde recordó los días del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, y lamentó que el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, no declarara públicamente que era "imposible" atender en 48 horas la exigencia de ETA. A su vez, se preguntó si la reacción del Gobierno habría sido otra "si ETA hubiera secuestrado al hijo de Aznar", unas declaraciones que dieron que hablar.

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José Antonio Ardanza ha fallecido dejando como testamento personal la cohesión entre diferentes, y la demostración de que se puede convivir desde la diferencia, compartiendo principios básicos de libertad, democracia, convivencia y solidaridad.