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Política

AUDIENCIA NACIONAL

Los ocho encausados de Alsasua niegan la versión oficial

AGENCIAS | REDACCIÓN

Los ocho acusados, que se enfrentan a peticiones de cárcel de entre 12 y 62 años, han negado haber participado en la agresión a los guardias civiles.

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La Audiencia Nacional juzga desde hoy a ocho jóvenes de Alsasua por una trifulca en el bar Koxka de la localidad de navarra donde dos guardias civiles y sus parejas resultaron agredidos en octubre de 2016. Se enfrentan a penas de entre 12 y 62 años de prisión por terrorismo.

En esta primera jornada ha sido turno de la declaración de los ocho acusados.

Todos ellos han negado haber partcipado en la agresión y haber formado parte del movimiento Ospa.

Jokin Unamuno, uno de los tres acusados que permanece en prisión provisional, ha sido el primero en declarar y solo ha respondido a las respuestas de su abogada. Unamuno se enfrenta a una petición fiscal de 50 años de cárcel.

"No golpeé a nadie, ni dentro, ni fuera, ni en la puerta del bar", ha insistido el acusado, y ha dicho que no salió del establecimiento hasta después, cuando vio "al teniente tendido en el suelo y a una mujer encima suya como protegiéndole con el cuerpo".

 

Unamuno ha asegurado que reprochó a los guardias civiles las cuatro multas que le habían impuesto, pero ha negado haberles insultado, gritado o agredido.

 

Cuando el teniente le llamó por su nombre, se enfadó, le pidió que no lo hiciera y empezaron a discutir, ha continuado.

"Fue algo que hice inconsciente, estaba muy borracho", ha manifestado el acusado, que ha lamentado lo que ocurrió en un "contexto de fiesta, a las cinco de la mañana" y cuando "todo el mundo estaba bastante bebido".

JOKIN UNAMUNO DEKLARATZEN ALTSASU EPAIKETA

(Declaración de Jokin Unamuno en la Audiencia Nacional. Foto: Agencias)


Adur Ramírez de Alda, otro de los tres acusados que está en prisión, ha afirmado en el juicio que no estuvo en "toda la noche" en el bar Koxka, ya que se fue a casa antes, sobre las 2 de la mañana, y allí vio a sus padres. Ramírez de Alda se enfrenta a una petición fiscal de 50 años de cárcel.

Se ha negado a contestar a la Fiscalía y la acusación, pero sí lo ha hecho a su abogada, a quien ha relatado que él no estuvo en el bar sobre las 5 de la mañana, cuando ocurrieron los hechos, ya que sobre las 2 o 2 y media de la mañana se marchó a casa tras ver un partido de pelota.

Según ha relatado, se fue solo a su casa y cuando llegó comió algo. En ese momento, cuando él estaba en la cocina, ha relatado, llegaron sus padres que también venían de ver el partido.

Sí acudió esa noche a una cena junto con otro de los acusados, Jokin Unamuno, de despedida de un amigo común, y en el rato que pasó con él le hicieron una foto en la que aparecía vestido con camiseta negra.

En el momento de la agresión, los agentes le identificaron como uno de los agresores e iba, según ha destacado su abogada, vestido de rojo o naranja, pero el acusado ha dicho que no pasó por su casa antes para cambiarse de ropa. "O no están diciendo la verdad, o confunden con otra persona, es que es imposible", ha dicho al respecto.

Ha reconocido que a las 3 y media de la mañana recibió una llamada de otro de los acusados, Julen Goikoetxea, quien, le despertó para preguntarle por un hermano suyo que no había vuelto a casa, desmintiendo así que le llamara para planear la agresión a los guardias civiles.

"Me enteré de todo a la próxima mañana, que vi mogollón de 'Whatsapp' y de mensajes de que habían detenido a Jokin", ha dicho sobre cuándo tuvo conocimiento de la agresión.

Por otra parte, ha negado tanto haber sido parte del movimiento Alde Hemendik! como ser cabecilla del "Ospa Eguna", aunque sí participó en un acto de este movimiento.

Ha negado haber hostigado "nunca" a la Guardia Civil o sus familiares.

 

"Hace años cuando jugaba a pelota coincidí en el mismo club con un hijo de un guardia civil y no hubo ningún problema", ha subrayado Ramírez de Alda.

 

Ohian Arnanz, el tercero de los acusados que permanece en prisión provisional, ha reconocido hoy que sí estuvo en el bar Koxka donde ocurrieron los hechos, aunque no participó en nada.

"Se me quedaba la cosa grande", ha asegurado el acusado a preguntas de su abogado para justificar los motivos por los que negó su presencia en la fase de instrucción.

Pero después, hablando con su defensa y su familia tomó la decisión de contar en el juicio lo que pasó, lo que vio y vivió ese día para "colaborar con la justicia".

Ha insistido en que no amenazó a los agentes con pegarles ni con nada. De hecho, no sabía que era guardia civil, aunque le sonaba la cara. "Me enteré después", ha puntualizado.

Arnanz ha dicho que intentó mediar en una discusión, pero que un amigo le apartó.

"Nunca he tenido problemas ni altercados con la Guardia Civil" ni ha sentido animadversión por ningún cuerpo policial. También ha negado ser miembro del movimiento Ospa y haber participado en alguna de sus actividades.

EPAIKETA ALTSASU AUZITEGI NAGUSIA

(Una periodista sigue el juicio a través de un monitor de la sala de prensa de la Audiencia Nacional. Foto: EFE)

 

Tras estas tres declaraciones, ha sido el turno de los otros cinco encausados: Jon Ander Cob, Julen Goikoetxea, Aratz Urrizola, Iñaki Abad e Ainara Urkijo. Todos ellos solo han respondido a las preguntas de la defensa.

Jon Ander Cob ha negado haber pegado o insultado a nadie. La pareja del teniente herido en la trifulca le ubicó en el lugar, pero el encausado cree que fue un error: "Creo que ha sido una confusión visual, no creo que haya sido un fallo de mala intención".

También ha negado su participación en el movimiento Ospa y tener animadversión para la Guardia Civil.

Julen Goikoetxea, que se define como una persona pacífica y cliente habitual del bar Koxka, pensó que el tumulto era "una movida más de las que suele haber", pero él solo va a ese local a "echar unas risas con los amigos, tomar una copa e intentar ligar". "Soy ignorante en el mundo de la política y me considero apolítico", ha apostillado Goicoechea, que estima que ha sido reconocido por una confusión y supone que no ha sido por mala fe.

Igualmente Aratz Urrizola ha señalado que estuvo en el bar Koxka, pero ha indicado que se fue antes del incidente.

Iñaki Abad se ha calificado de "políticamente inactivo" y ha comentado que en el bar en el que trabajaba tenía un trato normal con el teniente y su novia de "camarero a cliente". "No he tenido problema con ellos", ha enfatizado.

 

Abad grabó con su propio móvil un vídeo cuando pasaba por el bar Koxka camino de otro local y el sargento le pegó un manotazo y le tiró el teléfono al suelo, ha relatado. La grabación ha sido rechazada como prueba.

 

Ainara Urkijo ha dicho que llegó al bar Koxka cuando se había producido el incidente y ha reconocido que discutió con la Policía Foral al ver que habían detenido a Unamuno, pero ha negado que hubiera amenazado a la pareja del sargento. Asimismo ha dicho que no pertenece al movimiento Ospa Eguna.

Una vez finalizada la declaración de los ocho encausados ha acabado la primera jornada del juicio. Mañana, martes, se retomará la sesión con la declaración de los dos guardias civiles y sus parejas.

Tras la primera sesión del juicio, los familiares de los ocho encausados han destacado que "ha quedado en evidencia que lo que ocurrió fue una trifulca de bar" y han subrayado que "hoy ha sido la primera vez que se ha escuchado nuestro relato".

"Ha quedado evidente que nuestros hijos no son terroristas, que eran unos chavales normales como cualquier hijo de cualquier persona de cualquier padre y madre que ha salido un día de juerga y que lo que ocurrió allí fue una trifulca de bar", ha manifestado la portavoz de las familias, Isabel Pozueta.

Los jóvenes de Alsasua han estado arropados por familiares, amigos y cargos políticos que a primera hora de la mañana han acudido a la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares.

Entre los políticos que han ido hasta Madrid se encuentran el vicepresidente del Parlamento Foral, Unai Hualde (Geroa Bai); la diputada de EH Bildu, Bakartxo Ruiz; el secretario general de Podemos Navarra, Eduardo Santos o el miembro de Izquierda-Ezkerra, Iñaki Bernal.

Todos ellos han vuelto a reclamar "justicia y proporcionalidad" y han insistido en que lo ocurrido en Alsasua no puede calificarse como terrorismo.

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