Política
Política penitenciaria
Etxerat denuncia el 'sufrimiento' causado por la dispersión en 25 años
Redacción
Según los datos de la asociación, los 491 presos políticos encarcelados se encuentran dispersados en 51 prisiones españolas y 27 francesas.
Etxerat ha denunciado el “sufrimiento” de la dispersión, este jueves, cuando se cumplen 25 años desde que comenzara a aplicarse de manera “general, sistemática y colectiva”.
Desde 1989, la medida adoptada por el Gobierno español, se ha cobrado ya 16 víctimas mortales, entre ellos, familiares y amigos de presos políticos obligados a desplazarse a cientos de kilómetros para ver a sus seres queridos. Accidentes que, según Etxerat, no son “una casualidad sino una causalidad”.
Según ha denunciado la asociación, la vulneración de derechos que supone la dispersión es "doble", ya que, se castiga tanto a presos como a familiares, ha añadido. “Castigan a nuestros seres queridos sin atención médica, los alejan, los aíslan, los golpean, los privan de los derechos más básicos y todavía, algunos, siguen justificando estas vulneraciones de derechos”, ha afirmado Patricia Belez, portavoz de Etxerat.
Etxerat ha recordado que son miles de ciudadanos vascos afectados por esta medida política de excepción. Según ha indicado, “de estar concentrados en tres cárceles en 1989 han pasado a estar dispersados en 78”.
491 presos políticos, dispersados en 78 prisiones
Según los datos de la asociación, son sólo cuatro los presos políticos vascos encarcelados en prisiones de Euskal Herria. Así, los 491 presos políticos encarcelados se encuentran dispersados en 51 prisiones españolas y 27 francesas. Asimismo, 198 de los 491, se encuentran a una distancia de entre 800 y 1.100 kilómetros.
Además, según los datos que ha dado Etxerat, son tres los presos políticos que han fallecido en prisión y que, a día de hoy, se mantiene en prisión a 12 presos gravemente enfermos.
Etxerat ha vuelto a exigir el fin inmediato de la dispersión “porque es responsable de 16 víctima mortales y centenares de heridos, porque supone una continua vulneración de derechos de los presos y de familiares y porque, la sociedad vasca así lo ha exigido en innumerables ocasiones”.