¿Y ahora qué? Los demócratas, ante el dilema de apoyar a Harris o permitir una convención abierta

Tras la renuncia este domingo del presidente Joe Biden a seguir siendo el candidato demócrata en las elecciones de noviembre, y con el mandatario señalando su apoyo y respaldo a la vicepresidente de Estados Unidos Kamala Harris para librar el trascendental duelo con Donald Trump, todo el mundo mira con lupa los movimientos en el Partido Demócrata estadounidense. 

Harris no cuenta con todas las voces de su partido a favor, aunque va cosechando cada vez más. No obstante, la propia vicepresidenta ha pisado el acelerador y ya ha presentado su candidatura para que se convierta en la nueva oponente de Donald Trump. La campaña de Biden ha pasado oficialmente a ser la campaña de la vicepresidenta, que ha recaudado 49,6 millones de dólares (45,5 millones de euros) en apenas una tarde gracias a donaciones de los militantes.

En este momento de caos e incertidumbre, buena parte del partido y de los donantes han apresurado a arroparle, como el expresidente Bill Clinton y la excandidata presidencial y exsecretaria de Estado Hillary Clinton.

Mientras tanto, otros como el expresidente Barack Obama, la influyente congresista californiana Nancy Pelosi o el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, no han expresado su simpatía por nadie. En ese sentido Obama ha pedido al Partido Demócrata nominar a un "candidato extraordinario" para las elecciones de noviembre, pero en su mensaje ha evitado respaldar a la vicepresidenta.

El líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, ha emitido un comunicado en el que tampoco menciona su apoyo a Harris, que no obstante es la mejor posicionada para obtener la candidatura dentro de un mes.

Por el momento nadie ha declarado su intención de desafiar la candidatura de Harris, que según algunas encuestas obtiene mejores cifras de intención de voto frente a Trump que Biden. La única alternativa a Harris que consistentemente tiene mejores datos en los sondeos frente a Trump es otra mujer de color: Michelle Obama.