Internacional
ANÁLISIS
Imanol Butron Alonso (*)
Mientras el presidente Nicolás Maduro y su gobierno proclaman la transparencia electoral, la oposición y varias organizaciones internacionales consideran que se trata de un proceso sin garantías.
Nicolas Maduro en un evento político en Caracas. Foto: EFE
Las elecciones presidenciales en Venezuela serán el próximo 20 de mayo, en lugar del 22 de abril, tal y como estaba previsto en un primer momento. La Asamblea Nacional Constituyente por vía de decreto adelantó las elecciones para realizarlas antes del 30 abril de 2018. No obstante, el 1 de marzo Avanza Progresista, el Movimiento al Socialismo (MAS) y una fracción del Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) junto al partido del presidente Nicolás Maduro, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) firmaron un documento con el que acuerdan postergar las elecciones presidenciales hasta el 20 de mayo, momento en el que también tendrán lugar las elecciones de los consejos legislativos estatales y municipales del país.
Desde el primer momento todos estos cambios en la convocatoria de las elecciones en Venezuela han supuesto que los comicios ya no cuenten con garantías para la oposición venezolana y la comunidad internacional.
De este modo, organizaciones no gubernamentales de Venezuela como el Foro Penal, Súmate, Voto Joven y el Observatorio Electoral han expresado su preocupación frente a diversas irregularidades de la convocatoria, incluyendo la falta de competencias constitucionales de la Asamblea Constituyente para convocar elecciones, el impedimento de participación de partidos opositores y la falta de tiempo para los lapsos establecidos en la normativa electoral.
De la misma forma, el Movimiento Estudiantil rechazó las elecciones a través de un comunicado por ser convocadas fuera de los tiempos establecidos en la Carta Magna y por ser solicitada por una instancia inconstitucional, incompetente y erguida sobre la sangre de cientos de venezolanos. Asimismo consideran que las elecciones no buscan que los venezolanos elijan, sino perpetuar el infierno y la miseria que hoy en día se vive. Por todo ello han explicado que no participarán en el proceso y han exhortando a los dirigentes políticos a no acudir a las urnas para no avalar el proceso.
Por su parte, organizaciones internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA), el Grupo de Lima, y países como Argentina, Canadá, Chile, Colombia y Estados Unidos, también han rechazado la convocatoria por su falta de transparencia y de garantías electorales.
Prueba de ello son las resoluciones y declaraciones llevadas a cabo en los últimos meses por todas estas instituciones y países.
El 23 de febrero, la Organización de Estados Americanos en una sesión extraordinaria aprobó con 19 votos una resolución que insta al gobierno venezolano a reconsiderar la convocatoria de elecciones presidenciales y presentar un nuevo calendario electoral que haga posible la realización de elecciones con todas las garantías necesarias. Esta resolución fue aprobada por los países ya mencionados entre otros.
El Europarlamento también aprobó una resolución con 480 votos a favor, 51 en contra y 70 abstenciones exigiendo la aplicación de sanciones contra el presidente Nicolás Maduro, el vicepresidente Tareck el Aissami y otros oficiales al considerarlos responsables del agravamiento de la crisis que asola a Venezuela.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos Zeid Ra'ad Al Hussein señaló que la situación política y social en Venezuela no reúne "las mínimas condiciones" para poder celebrar elecciones presidenciales e indicó que la libertad de expresión, la asociación y la asamblea pacífica están siendo reprimidas y severamente restringidas por el gobierno de Nicolás Maduro.
Smartmatic, la compañía de máquinas electorales que ha participado en la mayoría de las elecciones durante el chavismo cesó las operaciones en marzo, declarando que no podían garantizar la validez de los resultados electorales mediante sus máquinas.
Todas estas circunstancias han llevado a que la coalición opositora, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no firme el pacto y haya decidido no participar y boicotear las elecciones y es que desde hace meses vienen denunciando la existencia de una estructura fraudulenta, el veto a candidatos como Leopoldo López o Henrique Capriles y la inhabilitación de partidos.
Las palabras de Maduro y Falcón
Esta decisión ha llevado a Maduro a señalar lo siguiente: "El imperialismo norteamericano, el gobierno de EE.UU., la oligarquía bogotana y el Gobierno corrupto de España han dado la orden a la oposición para que se retiren del proceso electoral porque van a perder, para no reconocer su derrota".
Sin embargo, el opositor Henri Falcón, del partido Avanzada Progresista, perteneciente a la Mesa de la Unidad Democrática de Venezuela, decidió no acatar lo acordado por amplia mayoría en las fuerzas opositoras y ha presentado su candidatura a las elecciones junto a Copei y el MAS, dos formaciones que tuvieron gran influencia en la política venezolana del siglo XX, y que hoy son muy minoritarias. De esta manera, Nicolás Maduro tendrá como principal oponente a Falcón, jefe de campaña del opositor Henrique Capriles en las presidenciales de 2013 y conocida figura de la política venezolana con cierta fuerza electoral.
Falcón y sus seguidores consideran que se trata de un formato ventajista, pero a cambio argumentan que éste sólo puede contrarrestarse con presencia en las mesas de votación y un ambiente de participación masiva en las urnas. "Esta elección debemos asumirla y ganarla porque los pueblos no se entregan, no se rinden, los pueblos batallan, sufren y se levantan", tuiteó el candidato presidencial, que llamó a los electores a unirse "en una sola consigna: salvar a Venezuela". Falcón y sus seguidores aseguran que, si la población se moviliza en torno a una propuesta, son claras las posibilidades de una victoria.
Ante las críticas recibidas, el presidente de la Republica ha aclarado que en Venezuela tienen 10 veces más garantías electorales antes, durante y después de los actos electorales que en cualquier país de Europa, y pidió a la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, que mostrara la transparencia de los comicios en el país ante los embajadores europeos acreditados y ante "todo el cuerpo diplomático" que opera en la embajada de Estados Unidos en Caracas, para así asegurar la credibilidad de la convocatoria.
Además de Falcón, han presentado formalmente sus nombres el presidente Nicolás Maduro, por el Partido Socialista Unido de Venezuela (que cuenta con el apoyo de partidos como el Partido Comunista de Venezuela, Patria Para Todos, Unidad Popular Venezolana o Alianza para el Cambio, entre otros); Francisco Visconti, general retirado que participó en el alzamiento militar chavista de 1992; el pastor evangélico Javier Bertucci; Reinaldo Quijada del partido Unidad Política Popular; y el empresario Luis Alejandro Ratti.
Con esta situación de crisis política y social parece difícil predecir cuál será el rumbo que adoptará la sociedad venezolana en los próximos meses, con independencia del resultado de los comicios que se celebrarán en mayo. Mientras que desde la oposición y la comunidad internacional insisten en las malas condiciones para realizar las elecciones, Tibisay Lucena, ha afirmado que se trata de un "acuerdo de garantías electorales", firmado entre los competidores políticos del país.
(*) Imanol Butron Alonso es alumno en prácticas en eitb.eus del Master Multimedia EiTB-EHU y licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU)
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