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Economía

Gobierno Vasco

El PIB y el empleo crecerán en 2019 más de lo previsto, hasta un 2,3 % y un 1,7 %

Agencias | Redacción

El consejero vasco de Hacienda y Economía ha indicado que la mejoría en el empleo supondrá la creación en 2019 de 16.000 puestos de trabajo, 1.200 más de los previstos.

  • Un trabajador en su puesto de trabajo

    Un trabajador. Foto extraída de un vídeo de ETB

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La economía vasca crecerá un 2,3 % este año según el Gobierno Vasco, una décima más de lo previsto, y el empleo aumentará un 1,7 %, es decir dos décimas más que la última previsión que hizo el Ejecutivo autónomo a finales de marzo.

El consejero vasco de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, ha hecho este anuncio durante una rueda de prensa en Vitoria-Gateiz para dar a conocer el informe económico del primer trimestre.

Ha indicado que la mejoría en el empleo supondrá la creación en 2019 de 16.000 puestos de trabajo, 1.200 más de los previstos.

Azpiazu ha añadido que los datos que maneja su departamento "anticipan un perfil estable para todo el presente año" en valores similares a los del primer trimestre. Además, se mantiene el crecimiento anunciado del PIB para 2020 en el 2 %.

En una comparación internacional, la economía vasca sigue creciendo por encima de los valores alcanzados por la Unión Europea (1,5 %) y la zona del euro (1,2 %), y mantiene un diferencial de más de un punto con respecto al incremento de Alemania (0,7 %), Francia (1,2 %) y, especialmente, Italia (- 0,1 %), sin registrar diferencias significativas con España (2,4 %).

Ese diferencial de crecimiento con respecto a Europa ha acentuado la aportación negativa del saldo exterior a la economía vasca hasta las cuatro décimas, un valor todavía modesto, pero que rompe con el equilibrio que se había vivido, en media anual, en los años 2017 y 2018, años en los que tan solo drenó una décima. El freno en las relaciones comerciales internacionales ha reducido las exportaciones reales de bienes y servicios un 1,4% interanual en el primer trimestre, mientras que las importaciones han sido un 0,9% inferiores a las del mismo periodo de 2018.

La demanda interna, por su parte, ha mostrado una notable estabilidad en el inicio de 2019 y ha igualado el incremento alcanzado en el trimestre anterior (2,6 %). Además, esa estabilidad en el ritmo de avance se extiende a sus dos componentes principales. Así, la formación bruta de capital ha anotado un incremento del 4,1 %, muy similar al alcanzado en los dos periodos anteriores. Se aprecia un rebote en la inversión realizada en bienes de equipo (3,3 %), que frena la desaceleración vivida en los trimestres anteriores, mientras que el resto de la inversión aminora su impulso, pero se mantiene todavía en valores muy expansivos (4,7 %).

Por su parte, el gasto en consumo final avanzó un 2,1 % en el primer trimestre, en línea con los valores previos. En este agregado, se aprecia una pérdida de impulso del consumo privado, que modera su intensidad hasta el 2,2 %, mientras que el consumo de las administraciones públicas repunta hasta el 2,0 %. Por tanto, las familias vascas siguen ajustando su gasto a la evolución de la renta disponible, en especial a la creación de empleo y al aumento de los salarios reales. Este comportamiento aleja el fantasma de un sobreendeudamiento al tiempo que contribuye a la expansión de la economía.

Desde el punto de vista de los sectores, la característica a destacar en el primer trimestre de 2019 es la recuperación del valor añadido industrial, que ha aumentado un modesto 0,4 %, tras el descenso del 0,2 % vivido en el periodo anterior. La incertidumbre del comercio internacional y el freno de la actividad en los países del entorno han condicionado los resultados de la industria vasca en los últimos meses, si bien la información más reciente apunta a que empiezan a disiparse las dudas y a recuperase la producción.

Por su parte, tanto la construcción como los servicios anotaron incrementos muy significativos. En concreto, la construcción creció un excelente 5,1 % y los servicios aumentaron un 2,7 %, casi medio punto por encima del conjunto de la economía.

El dinamismo de la economía vasca, al igual que sucede en otras economías desarrolladas, sigue sin trasladarse a los precios y el deflactor del PIB se situó en un modesto 1,1%, en línea con el valor medio anotado en 2018 (1,0 %). El dato del deflactor está cerca del incremento de la inflación subyacente del mes de mayo (0,9 %), último conocido, por lo que las subidas que en momentos puntuales registraron los precios de consumo se correspondieron exclusivamente a variaciones de sus componentes más volátiles, en especial los precios de la energía. En concreto, el IPC de mayo fue del 1,0 %, mientras que la inflación residual fue del 1,5 %, tras registrar subidas superiores al 4,0% en los dos meses anteriores.

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