EE.UU.: vaso medio lleno o medio vacío

Trump tiene motivos para estar contento. Ha recibido un voto de castigo, pero eso les suele pasar a todos los presidentes en las elecciones de mitad de mandato. El Partido Demócrata, por ejemplo, perdió más de 60 escaños en 2010, cuando estaba Obama de presidente. Además, el Partido Republicano mantiene el control del Senado e incluso amplía su mayoría.

Ahora bien, Trump también tiene motivos para preocuparse. El Partido Demócrata ha conseguido movilizar a una variopinta coalición de adversarios de Trump. La participación de las mujeres ha sido fundamental para que el Partido Demócrata consiga la mayoría en la Cámara de Representantes. Y también la movilización de los negros, los latinos y muchos movimientos sociales, desde los ecologistas hasta los que representan al colectivo LGBT. Ha emergido una nación arcoiris.

En el nuevo Congreso habrá más mujeres y más representantes de minorías que nunca. Esa es la gente con la que tiene que contar el Partido Demócrata si quiere lograr la Presidencia dentro de dos años. Por otra parte, Estados Unidos queda claramente partido en dos: las costas y las grandes ciudades son demócratas, pero el interior y las ciudades pequeñas son de los republicanos.