La desigualdad social castiga a Obama

Se ha confirmado el desastre electoral para el Partido Demócrata y, de rebote, para el presidente Barack Obama. El Partido Republicano controlará las dos salas del Congreso, es decir, el Senado y la Cámara de Representantes, y hará la vida imposible a Obama. Si hasta ahora el presidente ya tenía difícil sacar adelante sus leyes, a partir de ahora lo tendrá aún más.

Es algo extraño este castigo electoral a Obama, porque la economía de Estados Unidos va muy bien. Ellos crearon la crisis y se la contagiaron a todos los demás, pero han sido los primeros en curarse mientras los demás siguen enfermos.

Obama cogió el desempleo por encima del 8 por ciento y ahora está por debajo del 6. El déficit público está por debajo del 3%. La economía crece regularmente por encima del 2%. La recesión ya es solo un recuerdo en Estados Unidos. Y, sin embargo, Obama y su partido no se aprovechan en las urnas.

Uno de los motivos es que la economía ha crecido, pero no todos se benefician por igual. Los ricos son más ricos y los pobres no acaban de salir de pobres. Así que los pobres están decepcionados con Obama y no han ido a votar, y los ricos siempre van a votar al Partido Republicano.

La clave es la desigualdad social, y eso también está influyendo, y mucho, en las elecciones en Europa.