La clave de Ucrania es la OTAN

Mientras esperamos a ver qué deciden hoy los jefes de Gobierno de la Unión Europea acerca de la crisis de Ucrania, la OTAN ya ha hablado. La alianza militar occidental ha suspendido las reuniones previstas con Rusia sobre temas militares, ha cancelado unas maniobras en las que iban a participar militares rusos, noruegos y canadienses, y también ha congelado la colaboración para llevar a cabo el desarme químico de Siria.

Y dos cosas más importantes aún: acelerar el programa de modernización de la fuerza aérea de Polonia y reforzar el programa de protección aérea de Estonia, Letonia y Lituania. Estos tres países no tienen fuerza aérea propia y la protección de sus cielos la llevan a cabo aviones de países de la OTAN.

Además, la OTAN ampliará sus relaciones con el nuevo Gobierno de Ucrania. Es decir, la OTAN sigue ampliando su presencia en las fronteras de Rusia. Y esto es precisamente lo que preocupa a Rusia y lo que ha motivado, en parte, la ocupación rusa de Crimea.

Hace seis años, Ucrania ya estuvo a punto de entrar en la OTAN, porque el expresidente estadounidense Bush estaba empeñado en eso, y Rusia se enfureció. Moscú no puede permitir que los americanos se le metan hasta la cocina, y es algo que hay que entender en la crisis actual. Rusia podría llegar a aceptar que Ucrania entre en la Unión Europea, pero nunca, jamás, admitirá que Ucrania entre en la OTAN.