Golpe yihadista a los Juegos de Putin

Los islamistas radicales del Cáucaso quieren boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán en febrero en la ciudad rusa de Sochi.

Cuando se habla de los yihadistas del Cáucaso, automáticamente se piensa en los chechenos; pero, además, también existen esos yihadistas en Daguestán, Ingushetia y Kabardino-Balkaria, que son otras repúblicas autónomas situadas en el Sur de Rusia.

La principal ciudad de esa zona es Volgogrado, y por eso los yihadistas la han tomado como blanco de sus ataques. Aunque está a 900 kilómetros de Sochi, al atacar Volgogrado los yihadistas siembran dudas sobre la seguridad en Sochi.

Esos yihadistas quieren crear el llamado Emirato del Cáucaso, implantando una república islámica. Su líder es Doku Umarov, que el pasado verano lanzó a sus seguidores un llamamiento para hacer fracasar los Juegos de Sochi.

Umarov ha decidido activar su arma más temible: las llamadas “viudas negras”. Son mujeres cuyos maridos o parientes eran combatientes yihadistas que murieron luchando contra los rusos. Sus atentados son siempre muy sangrientos, porque siempre actúan en medios de transporte, hospitales o teatros y son prácticamente imposibles de detectar a tiempo. Y le están amargando la vida al presidente ruso Putin, que ha apostado mucho por los Juegos de Sochi.